¿Conocéis ese sentimiento que hace parecer que haya una bomba de relojería atada a tu cuello y no tengas forma aparente de quitarla de ahí? Escuchando esa cuenta atrás, cada vez más dentro de tu mente, creyendo que no se puede hacer nada para evitarlo.
Frustración, sentimiento de impotencia, tratando de negar una realidad que creemos que se acerca.
Eso que tanto tememos, a veces puede ser realidad, y otras no serlo. ¿La forma de averiguarlo? Hemos de buscar algo con lo que cortar esos cables de la bomba que tenemos pegada a nosotros —aunque hayan otros que prefieran dejar que explote, si al final fuera de verdad, y no un mero producto de nuestra imaginación—.
Correr riesgos, sí. Esa es la clave. El que no arriesga no gana. Muchas veces arriesgaréis todo y más por lo que queréis —o por quienes queréis—. Tal vez sea algo que nadie perciba, o que aunque lo perciban, no le den mayor importancia. Así que, al final, sobre todas las cosas. buscad sentiros lo mejor posible con lo que sea que hayáis hecho al arriesgar y dar tanto de vosotros.
En caso de que la bomba explote, al menos habrás luchado por salvarte, o tal vez, incluso salves parte de ti, para seguir adelante. En caso de que no explote, ¡felicidades! bien pudo ser una bomba de mentira o bien pudiste salvarte de ese intento de una o varias personas de acabar contigo. Sea cual fuere el caso, luchaste y no puedes arrepentirte de no haber hecho nada, que es lo importante, ¿verdad?
Qué puedo decir. Me encanta la forma en la que te expresaste y siendo sincera, me encantó la parte en la que has dicho "El que no arriesga no gana". Porque es algo que muchos no se dan cuenta o tardan. Grande, Pao.
ResponderEliminarPor cierto, soy Elena.